El senador provincial Sebastián Galmarini asistió junto a la concejal Marcela Durrieu a la cena solidaria que realizó Manos de La Cava, para colaborar con la construcción de nuevas aulas y consultorios en la sede de la ONG que trabaja desde hace más de 20 años con esta comunidad del barrio de Beccar.
Manos de La Cava nació a comienzo de los años 90 gracias a Lucila, la madre de María Iraola, actual presidenta de la organización. Fue fundada como un comedor para garantizar las condiciones mínimas de nutrición para cientos de niños y se fue transformando para promover la participación en la institución de todas las familias, proponiendo espacios de formación y realizando talleres productivos para generar oportunidades laborales para las familias del barrio La Cava. En los últimos dos años se convirtió también en un centro de atención donde los niños que asisten al comedor reciben un acompañamiento psicosocial desde distintas actividades, como el programa de inclusión educativa, servicio de atención médica, talleres de Arte, Narración y Juegos, Costura y Tejido, y cocina. Además, brinda un espacio de rehabilitación para jóvenes que tienen un consumo problemático de drogas.
«Nosotros acompañamos el crecimiento de Manos de La Cava, como de todas las instituciones. Es muy importante que estas iniciativas logren permanecer en el tiempo. Ello no sólo se logra con la dedicación de María y todo el equipo de la institución, sino también con la participación de los chicos y sus padres. Es nuestro compromiso ayudar a garantizar derechos básicos como la alimentación y la salud, y asegurarnos que los niños tengan las habilidades necesarias para sostener su permanencia en la escuela. Vamos a seguir colaborando para transformar la realidad de una comunidad que necesita de la solidaridad de todos para abrir su horizonte de oportunidades», declaró el senador Galmarini.
«Cuando uno habla de comedor, se imagina que es el lugar dónde va a comer. Cuando uno habla de comedor comunitario, piensa que es el lugar donde los chiquitos que tienen hambre van a comer. Manos de La Cava no es sólo eso, es un lugar donde se juntan historias de vida», señaló en la apertura del evento Fabián Chiosso, responsable de la Dirección de Niñez y Familia. Tras repasar cada una de las áreas de intervención de la ONG, añadió: «Trabajamos en generar mejores condiciones de vida, que tengan una vida que merezca ser vivida».
Por su parte, María Iraola agradeció especialmente el trabajo de su equipo, de los voluntarios, de todos los que colaboran con la institución, y destacó: «Manos de La Cava es un equipo muy grande y la verdad es que hoy queremos dar gracias. El primer gracias se lo tenemos que dar a Dios, por creer en nosotros, por permitir que nosotros seamos un medio para cambiar la realidad. En segundo lugar, para mi mamá, que empezó con esta obra».
«Manos de La Cava es con ustedes, de la mano de ustedes y de la mano de Dios. Manos de La Cava son las manos de todos juntos, sino, no hay Manos», finalizó con mucha emoción Iraola.
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